Acné: Síntomas y causas

 

Esta afección cutánea se caracteriza normalmente por la aparición de puntos blancos, granos, espinillas, comedones y nódulos quísticos. Los síntomas de este problema cutáneo dependen del tipo, y puede ir de leve a grave.

Existen varios tipos de problemas cutáneos, como el acné común, el acné conglobata y el acné quístico. 

El acné común es el más frecuente y se reconoce por la aparición de comedones y lesiones inflamatorias. 

El acné conglobata es una forma grave de la afección que puede causar cicatrices profundas e irreparables. 

El acné quístico se manifiesta mediante quistes dolorosos y profundos.

* Puedes obtener más información sobre los tipos de acné más adelante.

Las causas principales de una piel acnéica son, la producción excesiva de grasa por las glándulas sebáceas, la actividad hormonal excesiva de los andrógenos y la obstrucción de los folículos pilosos con células muertas y suciedad. La genética, el estrés, los cambios hormonales y el consumo de ciertos medicamentos también pueden contribuir a los problemas cutáneos.

Este problema de la piel afecta a personas de todas las edades. Existen tratamientos eficaces para controlar los síntomas, desde medicamentos a terapias con láser y luz. Si sospechas que tienes un problema cutáneo, consulta a un profesional sanitario para recibir el tratamiento adecuado. 

¿Qué es el acné?

Un trastorno cutáneo como el acné es un problema común que se produce cuando los folículos pilosos se obstruyen y aparecen lesiones o granos. Esta afección puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más frecuente durante la adolescencia. Existen varios tratamientos eficaces para el acné, como medicamentos orales y procedimientos, como la terapia láser y la fototerapia.

La producción excesiva de grasa por las glándulas sebáceas, la excesiva actividad hormonal de los andrógenos y la obstrucción de los poros con células muertas y residuos de sebo son las principales causas del acné. El acné puede variar desde comedones hasta quistes inflamados, por lo que los tratamientos deben adaptarse a cada caso para reducir la aparición de lesiones y evitar que aparezcan otras nuevas. 

Síntomas del acné

Los brotes de acné, comúnmente asociados a un aumento de la producción de sebo en los poros, son una afección cutánea que padecen muchas personas. Los síntomas del acné pueden incluir manchas en la cara, el pecho, la espalda y los hombros. Estas manchas pueden presentarse de diversas formas -puntos blancos, puntos negros, granos, protuberancias inflamadas y quistes- y pueden dejar marcas duraderas en la piel, como cicatrices, manchas rojas, marcas oscuras y zonas propensas al acné. 

Además, pueden aparecer picores, irritación, enrojecimiento e hinchazón alrededor de los granos, e incluso pueden ser sensibles al tacto o causar dolores de cabeza y mareos. Si no se trata, el acné puede empeorar con el tiempo, pudiendo provocar cicatrices permanentes.

Los síntomas del acné pueden variar en gravedad, pero en general, se manifiestan de las siguientes maneras:

  1. Puntos negros (comedones abiertos): Son pequeñas protuberancias oscuras que aparecen en la piel debido a la obstrucción de los poros con sebo y células muertas de la piel.
  2. Puntos blancos (comedones cerrados): Son pequeñas protuberancias de color blanco o amarillo que se forman cuando los poros están obstruidos por sebo y células de piel muerta, pero no están expuestos al aire.
  3. Pápulas: Son protuberancias pequeñas y rojas que se forman cuando los poros están inflamados y obstruidos. Suelen ser dolorosas al tacto.
  4. Pústulas: Son similares a las pápulas, pero contienen pus en su interior. Estas protuberancias son rojas en la base y tienen una cabeza blanca o amarilla en la parte superior.
  5. Nódulos: Son bultos grandes y dolorosos que se forman debajo de la piel. Estos nódulos pueden persistir durante semanas o meses y a menudo dejan cicatrices.
  6. Quistes: Son similares a los nódulos, pero más grandes y llenos de pus. Los quistes son muy dolorosos y pueden dejar cicatrices graves.
  7. Enrojecimiento y manchas: El acné también puede causar enrojecimiento generalizado en el área afectada y dejar manchas oscuras o cicatrices después de que las lesiones sanen.
  8. Picazón y sensibilidad: En algunos casos, el acné puede causar picazón y sensibilidad en la piel afectada.

Los síntomas del acné pueden variar de una persona a otra y pueden ser influenciados por diversos factores, como la genética, los hábitos de cuidado de la piel y la exposición a desencadenantes externos. Es importante tratar el acné de manera adecuada para prevenir cicatrices y mejorar la salud de la piel.

Causas del acné

El trastorno cutáneo comúnmente conocido como acné está causado por la obstrucción de los folículos pilosos con células cutáneas muertas y grasa. Esto puede provocar la aparición de granos, espinillas y/o puntos negros. La producción hormonal, la producción excesiva de grasa, la actividad hormonal, el estrés emocional y la exposición al sol son algunas de las principales causas del acné.

Los adolescentes y los adultos jóvenes son especialmente propensos a esta afección, debido a los cambios hormonales que se producen durante la pubertad. Éstos pueden provocar una producción excesiva de grasa y la obstrucción de los folículos, lo que da lugar a la aparición de granos. Además, el estrés emocional, el uso de cosméticos de baja calidad y la exposición al sol también pueden contribuir a su formación.

1. Producción excesiva de sebo

La producción excesiva de sebo es un problema común de la piel que puede causar una apariencia grasa, brillante y puede contribuir a la obstrucción de los poros y a la aparición de brotes de acné. Hay varios factores que pueden influir en la producción excesiva de sebo, como la genética, los cambios hormonales, la dieta y los productos de cuidado de la piel que se utilizan.

Para controlar la producción de sebo, se pueden adoptar medidas como:

  • Limpiar la piel regularmente con productos suaves y no comedogénicos
  • Evitar tocar la piel con frecuencia y mantener las manos alejadas de la cara
  • Usar productos con ingredientes astringentes, como el ácido salicílico y el peróxido de benzoilo
  • Evitar el uso excesivo de productos grasos y hidratantes
  • Mantener una dieta saludable y baja en grasas

Es importante recordar que cada piel es única y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra.

2. Cutibacterium acnes 

Cutibacterium acnés es una bacteria que se encuentra naturalmente en la piel humana. Esta bacteria se alimenta del sebo producido por las glándulas sebáceas y puede contribuir a la formación de brotes de acné. Cuando los poros se obstruyen con sebo y células muertas de la piel, C. acnés puede crecer y causar inflamación, lo que resulta en la aparición de espinillas, granos y otros tipos de acné.

El tratamiento del acné incluye productos tópicos y orales que ayuden a controlar la producción de sebo, reducir la población de C. acnes y reducir la inflamación. Estos productos pueden incluir peróxido de benzoilo, ácido salicílico, antibióticos tópicos y orales y medicamentos específicos para el acné, como isotretinoína.

3. Inflamación

La inflamación es una parte integral del proceso de formación de los brotes de acné. Cuando los poros se obstruyen con sebo y células muertas de la piel, las bacterias presentes en la piel, como Cutibacterium acnes, pueden crecer y causar inflamación. La inflamación en la piel puede manifestarse como espinillas, granos rojos e hinchados, y puede empeorar si no se trata adecuadamente.

Para controlar la inflamación del acné, se pueden utilizar productos tópicos que contengan ingredientes antiinflamatorios, como el ácido salicílico, la vitamina E y el aloe vera. En casos más graves el médico dermatólogo debe valorar si recetar medicamentos orales, como antibióticos y medicamentos específicos para el acné, como isotretinoína.

Es importante consultar a un médico o dermatólogo para determinar el tratamiento más adecuado para cada caso. También es importante tener en cuenta que la reducción del estrés, la adopción de una dieta saludable y la eliminación de productos poco saludables de la rutina de cuidado de la piel pueden ayudar a controlar la inflamación y mejorar la apariencia de la piel.

4. Hormonal

El acné hormonal es un tipo de acné que se produce debido a cambios en los niveles hormonales, especialmente durante la pubertad, el embarazo y la menopausia. Los andrógenos, hormonas masculinas presentes tanto en hombres como en mujeres, aumentan la producción de sebo en la piel y pueden obstruir los poros, lo que lleva a la aparición de brotes de acné.

El tratamiento para el acné hormonal puede incluir cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y la reducción del estrés, así como productos tópicos como cremas y geles con peróxido de benzoilo o ácido salicílico. En casos más graves, el médico dermatólogo puede recetar medicamentos orales, como antibióticos y anticonceptivos hormonales.

5. Genética

La genética desempeña un papel importante en la aparición y el desarrollo del acné. Estudios han demostrado que la predisposición genética puede aumentar la probabilidad de desarrollar acné, y también puede influir en la gravedad de los brotes.

Si bien no se puede cambiar la genética, se pueden adoptar medidas para controlar la aparición y la gravedad de los brotes de acné. Estas medidas incluyen mantener una dieta saludable, reducir el estrés, evitar el uso excesivo de productos poco saludables y utilizar productos de cuidado de la piel adecuados para el tipo de piel.

6. Estilo de vida

El estilo de vida puede tener un impacto significativo en la aparición y la gravedad de los brotes de acné. Algunos factores de estilo de vida que pueden contribuir al desarrollo del acné incluyen:

  • Dieta: Una dieta rica en alimentos procesados y grasas saturadas puede aumentar la producción de sebo y empeorar los brotes de acné.
  • Estrés: El estrés puede aumentar la producción de hormonas andrógenas, que a su vez pueden aumentar la producción de sebo y empeorar los brotes de acné.
  • Hábitos de limpieza: No limpiar adecuadamente la piel o utilizar productos de cuidado de la piel inadecuados puede obstruir los poros y empeorar los brotes de acné.
  • Tabaco y alcohol: El consumo de tabaco y alcohol puede aumentar la inflamación en la piel y empeorar los brotes de acné.

Para controlar la aparición y la gravedad de los brotes de acné, es importante llevar un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta saludable, una rutina de cuidado de la piel adecuada y la reducción del estrés. 

Tratamientos para el acné

El acné es un trastorno común de la piel caracterizado por la presencia de granos, espinillas y puntos blancos. Puede ser inflamatorio o no inflamatorio en función de su gravedad. Existen varios tratamientos para tratar el acné.

  1. Productos tópicos: como cremas, lociones y geles con ingredientes activos como peróxido de benzoilo, ácido salicílico y retinoides.
  2. Medicamentos: Los medicamentos para el acné suelen incluir cremas, geles, lociones y comprimidos para tratar el acné inflamatorio. Estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación, secar los granos y prevenir la aparición de otros nuevos. Otros medicamentos, como los antibióticos, pueden utilizarse para tratar tanto el acné inflamatorio como el no inflamatorio.
  3. Isotretinoína, un medicamento oral que puede ser efectivo para tratar el acné severo y resistente a otros tratamientos.
  4. Terapias: Las terapias para el acné pueden incluir láser, luz o terapias físicas. Estas terapias ayudan a reducir los granos, mejorar el aspecto de las cicatrices y evitar que se formen nuevos granos. Además, estas terapias son seguras y eficaces para tratar el acné sin efectos secundarios graves.

Existen varios tipos de acné, incluyendo:

1. Acné vulgaris

El acné vulgaris es una afección de la piel común que se caracteriza por brotes de espinillas, quistes y pústulas en la cara, el cuello, el pecho y la espalda. Es más común en la adolescencia, pero puede ocurrir en cualquier momento de la vida.

El acné vulgaris se produce cuando los folículos pilosos (los poros de la piel) se obstruyen con sebo y células muertas de la piel. Esto puede llevar a la infección por bacterias y a la formación de espinillas, quistes y pústulas.

El tratamiento del acné vulgaris incluye productos tópicos, medicamentos orales, terapias físicas y cambios en el estilo de vida. 

2. Acné nodular

El acné nodular es una forma grave de acné que se caracteriza por la formación de nódulos y quistes dolorosos y profundos en la piel. Estos nódulos y quistes son diferentes de las espinillas comunes y son más difíciles de tratar.

El acné nodular se produce cuando los poros se obstruyen con sebo, células muertas de la piel y bacterias. La inflamación crónica puede causar que los poros se agranden y formen nódulos y quistes profundos en la piel.

El tratamiento del acné nodular incluye medicamentos orales, terapias físicas y, en casos graves, cirugía. 

3. Acné quístico

El acné quístico es una forma grave de acné que se caracteriza por la formación de quistes dolorosos y profundos en la piel. Los quistes son lesiones similares a los nódulos, pero tienen un contenido líquido.

El acné quístico se produce cuando los poros se obstruyen con sebo, células muertas de la piel y bacterias. La inflamación crónica puede causar que los poros se agranden y formen quistes profundos en la piel.

El tratamiento del acné quístico incluye medicamentos orales, terapias físicas y, en casos graves, cirugía. 

4. Acné conglobata

El acné conglobata es una forma grave de la afección cutánea, que deja cicatrices fácilmente perceptibles que pueden afectar profundamente a la confianza de quienes lo padecen. Este tipo de acné se identifica por sus comedones, quistes, fístulas y abscesos que provocan marcas.

La causa fundamental de esta afección suele atribuirse a un exceso de sebo segregado por las glándulas sebáceas, una mayor actividad de los andrógenos y una acumulación de bacterias en los poros.

Para tratar el acné conglobata, es necesario reducir la inflamación y eliminar la infección - esto puede hacerse mediante antibióticos, medicamentos tópicos, isotretinoína oral y, en algunos casos, extracción de los nódulos.

5. Acné rosácea

La rosácea es una afección de la piel que causa enrojecimiento y manchas en la cara, además de pequeños vasos sanguíneos dilatados y pústulas similares a las del acné.

Aunque se desconoce la causa exacta de la rosácea, se cree que puede estar relacionada con factores como la genética, las hormonas, la inflamación, la sensibilidad a la luz y los cambios en la temperatura.

El tratamiento de la rosácea incluye productos tópicos, terapias físicas, medicamentos orales y cambios en el estilo de vida. Es importante hablar con un médico o dermatólogo para determinar el tratamiento más adecuado para cada caso.

6. Acné cosmético

El acné cosmético es una forma de acné que se produce como resultado de la aplicación de productos cosméticos que obstruyen los poros de la piel. Los productos que más comúnmente causan acné cosmético incluyen lociones, cremas, maquillaje y productos para el cuidado de la piel.

Para prevenir el acné cosmético, es importante elegir productos cosméticos de calidad, evitar los que contengan aceites y fragancia, y asegurarse de lavar la piel cuidadosamente antes de dormir. Si se presenta acné cosmético, es importante dejar de usar el producto. 

Conclusión

Los brotes cutáneos son un problema común que sufren los adolescentes y los adultos jóvenes. Estos brotes pueden dar lugar a granos dolorosos, puntos blancos, puntos negros y cicatrices, que pueden tener un impacto significativo en la autoestima. Aunque los granos están muy extendidos, existen tratamientos eficaces para ayudar a controlar sus síntomas. La producción excesiva de sebo por las glándulas sebáceas, el aumento de la actividad hormonal de los andrógenos y la obstrucción de los poros debido a las células cutáneas muertas y los residuos de sebo son los principales culpables de las manchas cutáneas. Aunque los brotes en la piel pueden ser persistentes, existen soluciones eficaces para ayudar a mantener los síntomas bajo control y evitar que aparezcan nuevas lesiones.

Para evitar que aparezcan nuevas lesiones en la piel, hay que tener cuidado. 

* Recuerda es importante hablar con un médico o dermatólogo para determinar el tratamiento más adecuado para cada caso.

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